Había una vez un joven que proclamó tener el más hermoso e intachable corazón.
Un viejo le desafió.
La multitud miró al corazón del anciano.
El corazón le latía fuertemente, pero estaba lleno de cicatrices.
Algunas partes le habían sido retiradas y otras le habían sido puestas, pero no quedaban del todo bien.
El anciano miró al joven: “Nunca cambiaría mi corazón por el tuyo”.
Cada cicatriz representa una persona a la que le he dado mi amor.
Me he sacado un pedazo y se lo he entregado a ellos.
A veces me daban una pieza de su roto corazón, la cual añadía al mío.
Cuando la persona no correspondía a mi amor, quedaba un doloroso agujero.
Esos agujeros permanecen abiertos, recordándome que yo amé a esas personas.
Es posible que algún día ellos regresen y llenen ese espacio”.
Besos, besos largos como ríos....SOFÍAFinalmente, ¿cual es el corazón más hermoso, el que
nunca ha sufrido o el que más ha amado?...Y tú, sabes bien de lo hablo..¿no es asi?
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