Ahora que estoy viviendo en la loca Babilonia, el ritmo de la ciudad me lleva de un lado a otro, le robo horas al día para leer, sigo espiando a la luna, mi eterna compañera. Me levanto a las 4.30 a.m. para tener tiempo de correr un poco antes de emprender la agenda, pero ya no hay parque metropolitano....ahora tengo una super potente maquina que me dice como van los latidos de mi corazón, y un pequeño ventilador que cuando mide que me estoy esforzando arriba de la media, solito, solito se enciende y sopla suevemente en mi cara sudorosa .....
¡Coño!!!! Y donde quedaron mis eucaliptos fragantes, las jodidas ardillas , dueñas y señoras de tanto pinche hoyo en que me tropecé alguna vez, la camioneta de la guerita de farmacia que abria su cajuela y te ofrecía unos "estupendos outfit de morirse".
Ya no quiero seguir de quejumbrosa, me ilusionaba hace un año llegar acá, pero no consigo enamorarme de la ciudad, ni de su ritmo, no todo ha sido malo, no me malinterpretes , solamente que sigo sin conectarme emocionalmente.
La vida cultural es abundante si sabes buscar, el teatro y la música, las exposiciones fabulosas y diversas,hay mucha fiesta, pero no hay Degollado ni concha acústica.....
Creo que hasta que te encuentre de nuevo las cosas se pondrán en su lugar, me hace falta enamorarme locamente otra vez.
Besos, besos largos como ríos. Sofía
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