Mi abuela , que fue como mi mamá, me hizo reír. Me secó las lágrimas.
Me abrazó muy fuerte. Me vió triunfar. Me vio fallar. Me echó porras. Me regaño. Me consintió.
Me mantiene fuerte . Mi abuela es la promesa de Dios de que no estoy ni estaré sola jámas y que tendré una Amiga para siempre.
Mi abuela me amó como nadie y me impuso límites claros , me baño de su luz y su magia. Llenó a la familia de frases inolvidables y comentarios jocosos. Nos compartió su especial sentido del humor y aprendimos a comunicarnos con la mirada y crecimos entre risas y silencios densos.
Mi abuela era magia, era nudo fuerte entre nosotros, trama deliciosa y asfixiante a veces. Era ese abrazo de oso que reconforta y a veces sofoca , pero era amor en verbo constante. Era amor en mayúsculas y con lucecitas tintilantes.
Fue tan amada por Dios , que este le concedió el don máximo, aquel que reserva para sus hijos predilectos; le dio el tiempo suficiente para declarar mirándonos a los ojos todo lo que nos amaba, a todos nos lo dijo.
La vi, la sentí eclipsarse como deben hacerlo en el cielo estrellado las grandes luces, dejando a su paso pedacitos de su luz que ahora lo veo en las pupilas de mis tíos,mis hermanos y mis primos.
Viejita hermosa , todavía hay días , y tardes y noches en que ante algún acontecimiento mis dedos raudos pulsan las teclas de tu casa. Y de alguna manera, chepita hermosa, siento que me contestas.
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