Momentos de cristal.

Hoy me siento de cristal,
estoy a punto de quebrarme...


Mi hija y yo lloramos todas las noches, cada una en su habitación,
mordiendo la almohada , quizá al mismo tiempo.
Pidiendo al tiempo que retorne, que nos traiga de vuelta
nuestro mundo perfecto, completo, prístino y constante.

Por las mañanas ambas finjimos que todo esta bien,
las risas, los cantos , maquillan el día.

Desayunamos alegría y cenamos desamparo.
Esta inmensa ciudad siempre repleta de todo:
Amores, aventuras, teatro, paseos, trabajos;
sin embargo, carece de lo único que nos calma la ansiedad y limpia
nuestro llanto.


Se fue, se fue sin querer, no estaba en sus manos.
Me dejó la luna, una hija, la suma total de mis pecas,
una piel y una mirada rebosante de lujuria y un saco lleno de
desesperanza.

En este momento soy de cristal, yo que siempre grito que soy de roca.
Me muevo con cuidadito para que la vibración del aire no me traicione
y me desmorone.


Hoy soy de cristal acompañada de luces tenues de luna, pero
no te fíes, que mañana con apoyo del sol, ni una lágrima
adivinaras en mi rostro, que me vuelvo a engendrar en piedra
y nos véras a las dos avanzar por la calle con la melena suelta,
el andar ondulante, el tacón bien alto , las faldas cortas y la sonrisa brillante.


Besos, besos de cristal. Sofía