Lo mismo pasa cuando prendo mi adorada mac, me encanta recibir noticias, ver todas esas palabras suspendidas en la nada esperando que mi mirada las descongele y las haga fluir de nuevo, retornar a cumplir su labor de palomas mensajeras.
Te escribo, a veces.
Te pienso , todo el tiempo,
cada vez que miro a nuestra hija sonreír
estas atisbando en cada gesto suyo.
Se que parece loco, pero aun te escribo.
A veces. Como para no dejar que el tiempo me coma los últimos recuerdos, el calor de tus suspiros en mi espalda y el tono exacto de tus carcajadas por las mañanas.
Duendes azules acompañan mis cartas en ese cuaderno verde en que nos escribías recados para leer durante tus viajes. Ahora esta lleno de mensajes nuestros que mandamos con la misma desesperación que un náufrago .
Ayer leí un recado que tu hija ha puesto y dice así: "Hermoso, no te sientas mal, el mundial esta del asco, así que casi no te pierdes de nada. Hoy cocine un cake y salió un poco malo, pero mami se lo comió, te extraño y la ciudad no me gusta, quiero regresar a mi casa."
Yo también quiero regresar Porteño, quiero regresar a las risas, sin llantos. A los llantos compartidos, a las angustias pero tomados los tres de la mano.
Delirios. Devaneos con el desasosiego. Abismo y coqueteo con la depresión.
Ventanas entreabiertas para dejar entrar a tu fantasma y amarnos en la madrugada.
El Cuaderno verde ya casi esta lleno, 20 meses son una eternidad. Y al notarlo , sin ponernos de acuerdo, ambas hemos empezado a apretar la letra , letras liliputiences para alargar este demente monólogo en que seguimos atandote a nosotras, cuadernito verde, verde ancla, verde amar, verde tú.
Besos, besos compartidos. Sofía.
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