Descargas de energía, luz blanca y centelleo de dientes. Tus manos van provocando mil pequeñas explosiones con la yema de tus dedos.
Van formando caracolas y laberintos imposibles de salvar , solo es piel, calor y magia.
Las manos de los hombres esta hechas para perseguir los temblores de las llanuras y los valles femeninos
Para conjugar una fiesta de los sentidos, para invocar a los amorosos con sierpes en la garganta, con la asfixia y el estertor final
Abrazando la pequeña muerte con las pupilas veladas y el paroxismo final.
Con la saliva mezclada en nuestra piel, brillante de sudor y luz de luna.
Con las nubes atisbando tras la cortina en espiral, siempre en espiral.
Siempre la piel del hombre provocando sobresaltos , invadiendo los sentidos, comiendome la boca y desgarrando los labios, con rabia, con fuerza , con esa urgencia primigenia del aquí y ahora, del mañana y nunca.
Besos, besos largos como ríos. Sofía
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