Esta ventana...

Esta es una ventanita a las locas fantasías, vivencias e histerias que voy acumulando en esta carrera que se llama vivir, para mi Escribir es una suerte de necesidad primaria, un goce o exorcismo violento. Es la respiración del alma...No es foro de debate. Pero agradeceré tu comentario en el alma.
Besos, besos largos como ríos. Sofía

miércoles, 12 de septiembre de 2012

LOS GATOS OLVIDADOS DEL PARQUE PAPAGAYO (ACAPULCO, GUERRERO)





Este texto me lo envió mi amiga Mury Palerm, en un libro muy sabio dice : Pide y se te dará, por esta razón si somos más y más ayudando a estos animalitos además de sacarlos de ese infierno enseñaremos a nuestros hijos lo que significa ser un hombre, una mujer de verdad y que  un ser racional y civilizado cuida su entorno y se responsabiliza por el bien de cada criatura que comparte el mundo con él.



Te invito a leer , besos, besos largos como ríos. Sophia Chiquetts



"Sé que compartes conmigo el amor a los animales razón por lo cual
ahora te envío este correo con sus archivos incluídos. Leerlo resulta
desgarrador, pero por lo mismo no menos real.



No sé si has oído de “Gatos Olvidados”, en lo personal una prima me
hizo saber de éstos y a partir de entonces a pesar de no conocer
personalmente a Claudia Vázquez, su cabeza,  he aportado siempre que
he podido lo que he podido y les he conseguido donantes y en ésas
estoy.



Claudia y Monsiváes eran amigos é idearon formar esta “fundación” con
el objeto de ayudar a los gatos callejeros y abandonados. El murió
antes de que se consolidara la idea. Ella, como ha podido, la ha
mantenido.



Yo le he sugerido que publique sus escritos, como el que con éste vá y
que con seguridad obtendría ayuda.









La Tragedia de los Gatos del Parque Papagayo en Acapulco, Guerrero




De madrugada nos dirigimos a Chilpancingo Guerrero el  6 septiembre.
Apenas y pudimos dormir 2 horas Leo y yo, porque Alfonso Cruz pasó por
nosotros a las 4: 40 de la mañana. Bajamos de la Casa Monsiváis, que
se localiza en un cerro, los más de 200 kilos de croquetas,  y el
alimento enlatado y sobrecitos colectados para llevarlos  a los Gatos
del Parque Papagayo en Acapulco.

                 El sol no se asomaba aún pero nosotros ya estábamos
cansados y con calor después de bajar el alimento y las
transportadoras. Fue así como emprendimos el viaje. Los tres cansados
y con sueño. El viaje fue tranquilo, y llegamos al Palacio de Gobierno
en Chilpancingo antes de las 10:00 am. Yo había conseguido una cita
antes para hablar con el secretario particular del gobernador, ante la
negativa del Director del Parque Papagayo, Arquimides Guzmán, de
darnos una cita. Ni siquiera respondió una semana antes la carta
enviada de parte de Gatos Olvidados AC para resolver el asunto de los
gatos que habitan ese parque; y que están en condiciones de hambre,
sed y maltrato. Igual días antes le pedí a la escritora Elena
Poniatowska que nos concertara una cita con el director del Parque
pero nunca se la dieron y tampoco le llamaron a su casa, a pesar de
que ella dejó su número telefónico.

              Transcurrieron casi cuatro horas para que pudiera tener
la conversación con Everardo R. García, secretario particular del
gobernador. La cita la teníamos a las 11:20 am, pero muchas horas
después fue cuando nos atendió. Mientras esperábamos en la sala, llegó
un hombre moreno de corta estatura que no concordaba con su
arrogancia, Leo y yo deducimos que se trataba del director del parque,
debido a que quien lo acompañaba era su secretario particular con
quien ya habíamos hablado dos semanas antes.

Supusimos que en la conversación con el secretario particular
estaríamos Gatos Olvidados AC y el director del parque. Pero no fue
así. A el sr. Arquimides lo llamaron antes. Pregunté si yo debía pasar
y me dijeron que no, que después. Mientras aguardaba en la recepción
escuché cuando el sr. Arquimides, le decía al secretario particular:
“Los gatos son una plaga en el parque”. Tiempo después salió el
director del parque y entré yo.

Al secretario particular del gobernador le expuse la situación de los
gatos del parque Papagayo: su hambruna, su deshidratación, y el
maltrato que padecen por parte de la gente. Le planteé que es
necesario que el director del parque permita se les alimente y dé de
beber, para después se les esterilice y se les dé en adopción. Dijo
que a él le gustan los gatos pero que ellos enferman a la gente que va
al parque, le pregunté: “de qué la enferman”, respondió: “de asma”. Le
respondí que no es así. Añadió, también, que “los seres humanos son lo
más importante”, así que bajo esa visión se debe resolver la
problemática de los Gatos del Parque Papagayo. Esa opinión me
desagradó pero tuve que aceptar que debemos esperar una siguiente cita
para intentar resolver este asunto, entre ellos como gobierno y
nosotros como asociación protectora de gatos.

También dijo que pediría una investigación sobre la situación real de
los gatos en el parque, y después de eso nos citará nuevamente para
que intentemos resolver el asunto.

No sabemos cuándo dé la cita siguiente pero debemos ir preparados con
buenos argumentos parar poder ayudar a eso gatos. Ese mismo día le
dejé una carta escrita legalmente en la que se señalan los agravios
que el director del parque ha cometido con los gatos, todo sustentado
en la Ley de Protección a los Animales de Acapulco. Asimismo le dejé
una copia para el director del parque, y me dijo que se la haría
llegar.

                 No logramos resolver el asunto de los gatos del
Parque Papagayo tan prontamente, pero debíamos otra vez emprender el
viaje. Nos dirigimos hacia Acapulco. El bochorno, el sueño y el
cansancio estaban en nuestros cuerpos que no habían ingerido alimento
ni bebida. Llegamos a Acapulco cerca de las 5:00 de la tarde. Nuestros
labios ya estaban resecos y el calor seguía torturándonos. En el
parque nos aguardaban algunas de las personas que se preocupan por los
gatos y que los medioalimentan. Fue en la cabaña de Guerreros Verdes
AC, que se encuentra en el parque, a donde dejamos el donativo de
alimento para los gatos. Muchos gatitos yacían cerca de la entrada de
la cabaña, así que empezamos a darles de comer. Y así iniciamos
nuestro recorrido para identificar a los gatitos en peores condiciones
para traérnoslos a la Ciudad de México.

A muchos nos hubiéramos querido traer pero sólo recogimos a once
pequeños felinos. Hubo algunos que no se nos permitió que los
recogiéramos. Esto fue por parte de la sra. Ivonne Díaz, miembro de
Happy Tails AC. Amenazó con dejar de alimentarlos si nos los traíamos.
Me espantó que su egoísmo superara el permitir que ellos tuvieran una
mejor vida. No me traje a la gatita de ojos sin vida que robó mi
corazón , cuando la vi por primera vez, ya que la sra. Mary la había
tenido en su casa a petición mía, pero ese día al llevarla al parque
para entregármela se le escapó de la caja en la que la llevaba al
reconocer el parque. La gatita había decidido quedarse en el infierno.
La buscamos pero no la encontramos.

Fue incómodo estar bajo la mirada de la señora Ivonne Díaz, porque no
pudimos traernos a más gatitos. Caminábamos y decía “ese gato no,
porque es mío”. Al final nos despedimos de las otras personas con
quienes hicimos el recorrido pero sólo nos estacionamos cerca para ir
por otros gatitos, y que la señora Ivonne ya no nos molestara. Tomamos
a dos pequeños más porque uno me mordió y corrió al intentar meterlo
en la transportadora.

Ya eran más de las 20:30 horas cuando abordamos la camioneta. Alfonso,
Leo y yo ya estábamos deshidratados pero no había tiempo ni de buscar
qué tomar, así que tomamos la carretera  para regresar al DF. Eran
casi las 00:30 am cuando nos detuvimos para desayunar. Fue nuestro
único alimento en todo ese cansado día. La noche cubría toda la
carretera, nuestros gatitos de Acapulco empezaron a defecar, orinar y
vomitar. Algunos lloraban.

Llegamos a la Casa Monsiváis para los Gatos Olvidados casi a las 3 de
la mañana del viernes. Otra vez todo fue pesado para Leo y para mí.
Cargamos las transportadoras con nuestros gatitos acapulqueños. Leo se
tuvo que ir con Alfonso en la camioneta para enseñarle cómo regresar a
dónde vive. Así que mientras yo empecé a limpiar las transportadoras
en las que traíamos a los gatos del parque. Iba con la tercera
transportadora cuando saqué casi moribundo a un pequeño felino. Estaba
extremadamente flaquito y deshidratado. En eso llegó Leo. Empezamos a
darle electrolitos y nutripulsgel. El cuerpecito del felino estaba
frío, lo colocamos en una cajita y lo tapamos para que pudiera
recuperar calor. Estuvimos atendiéndolo hasta más de las 5 de la
mañana. Nuestro cansancio ya era enorme. Así que decidimos dormir. A
las 7:00 am Leo fue a ver al gatito. El pequeño había fallecido. Este
gatito era uno de los del área de la señora Ivonne, esa egoísta
“protectora de animales” que no permitió que pudiéramos cambiarle el
infierno de vida a varios gatitos.

Ya era viernes al mediodía. Nuestros exgatitos del Parque Papagayo
estaban tranquilos. Habían comido y bebido agua durante la madrugada.
En la tarde los bañamos y desparasitamos. Había gatitos con costras en
la cara, alrededor de la boca o en todo el cuerpo. Uno de estos
gatitos, ahora llamada Paquita tiene lesiones en la boca, babea y es
de mirada triste, pero ya está comiendo y ya tiene tratamiento
veterinario; al igual que muchos otros, como Moka, una gatita negra
opaca que se tambaleaba al caminar, su falta de alimento le hacía no
tener fuerzas. Ella igual ya tiene tratamiento médico. Hay un bebé
azul ruso, con un estómago abultado de parásitos, también hay una
gatita blanca con el cuello lastimado, pareciera que intentaron
ahorcarla (durante los dos días que desapareció del parque), los demás
gatitos igual están desnutridos, deshidratados y maltratados. Pero uno
de ellos, un pequeño tigrito ya está jugando con pelotitas. Parece que
las croquetas de royal canin, las de diamond y las latas de ad, más el
agua de garrafón les están ayudando a recuperarse. La pipeta
antipulgas que les pusimos igual ya ha hecho su efecto. Durante la
noche nuestros diez gatitos del parque papagayo duermen en la bodega
de la Casa Monsiváis, allí tienen camitas y cajas para esconderse y
dormir. En el día los pasamos a un balcón para que tomen el sol. Los
más pequeños hacen guardia cerca de los recipientes de croquetas y
agua. Como cuidando que no se los vayan a quitar.

Ayer en la revisión médica de tres de estos gatitos, el veterinario
Luis Bedolla comentó que necesitan limpieza dental porque tienen mucho
sarro, debido a que comían cualquier cosa que encontraban. Estos
gatitos tienen muchas cosas en común. Para ayudarlos a recuperarse se
requiere alimento de buena calidad, y medicamento (enrofloxacina,
clindamicina, meloxicam, nutriplusgel, etc, etc.). También necesitan
arena y areneros. Pedimos sean apadrinados para poder brindarles todo
lo necesario para su recuperación de salud. Son gatitos, en general,
mansitos. Cada persona que decida apadrinar a alguno de estos sufridos
exgatitos del Parque Papagayo puede venir a conocerlos en la Casa
Monsiváis para los Gatos Olvidados.



Finalmente, Gatos Olvidados AC agradece a toda la gente que cooperó
para que se pudiera hacer el viaje a Guerrero y poder traernos a estos
pequeños felinos.



Para donativos en especie llamar al celular:55 2751 6229

Para donativos en efectivo:

Claudia Vázquez Lozano . No. Cuenta: 1251909614  clabe: 012 180
01251909614 2 Bancomer

Vía paypal: gattos.olvidados@gmail.com

Vía Oxxo: 4152 3110 1989 7668


@sofiachiquetts